En el Real Madrid han decidido reivindicar su trabajo después de cada partido. Es una postura que han adoptado los capitanes (Iker Casillas, Sergio Ramos e Higuaín), junto a algunos de los pesos pesados (Cristiano Ronaldo) y el propio entrenador.
Después de la derrota en Dortmund aparecieron Casillas y Cristiano Ronaldo para calmar los ánimos y atajar cualquier mensaje negativo que le puede llegar a la afición y que provoque una desilusión. Dijeron que la Champions está intacta y recalcaron que si se ganaba al Borussia en el Bernabéu recuperaban el liderato. Un mensaje al unísono que también puso en la calle Mourinho.
El sábado por la noche la plantilla dormía en Palma de Mallorca con la mala noticia de ver cómo el Barcelona goleaba al Rayo Vallecano en un campo en el que había alguna esperanza de que el equipo de Tito Vilanova se hubiera dejado algún punto.
Había que reforzar el mensaje y el compromiso para salir al estadio Iberostar muy enchufados desde el primer minuto y seguir manteniendo la distancia de ocho puntos que les dejara con opciones en una Liga en la que todavía quedan por recorrer muchos kilómetros.
El Real Madrid dio un golpe en la mesa contra un equipo entrenado por Caparrós, al que se le tenía mucho respeto y del que se había hablado que les pondría zancadillas. El 0-5 se celebró en el vestuario como si se hubiera ganado otra de las tantas finales que les quedan por delante. Y para volver a mandar un mensaje de optimismo a la afición decidieron salir a hablar ante los medios de comunicación dos capitanes: Sergio Ramos e Higuaín. Era su turno.
El espíritu del Camp Nou
No había mucho tiempo para atender a los periodistas, pero el sevillano y el argentino fueron al grano. Sobre todo Sergio Ramos, que destapó la especie de conjura que ha firmado la plantilla desde el día que empataron en el Camp Nou y se quedaron con la sensación de que ese encuentro se tenía que haber ganado.
"El reto de alcanzar al Barcelona nos motiva. Vamos a pelear por esta Liga hasta el final y estaremos ahí. Sabiendo que hay dos equipos que ahora están arriba como el Barcelona y el Atlético de Madrid, pero ganando nuestros partidos para que sientan nuestra presión. La victoria contra el Mallorca ha sido importante, en un campo difícil y que nos viene muy bien. Estamos ahí y vamos a seguir peleando por la Liga", dice Sergio Ramos.
Son las palabras que se dicen dentro del vestuario y en el día a día. Mourinho ha decidido, después de darles un palo en los primeros partidos de la temporada cuando empataron con el Valencia y perdieron contra el Getafe y el Sevilla, que hay que sacar el orgullo y el carácter que les hizo campeones de Liga la temporada pasada. "Hemos reaccionado y estamos en una línea positiva", comenta satisfecho el técnico.
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