Las 'meigas' de Carlo

Las meigas de Ancelotti viven en Balaídos. Y allí se presenta esta noche el italiano, con el mal recuerdo de sus tres anteriores visitas. En todas ellas oyó A Rianxeira, el himno con el que la grada celtiña pone música a las grandes tardes del Celta. Ancelotti ha vivido, sufrido, al menos dos de ellas. Nunca ganó, ni con Juve, Milan ni Madrid. Ni siquiera celebró un solo gol.

Seguramente la más dolorosa para Carletto fue el 4-0 que le endosó el EuroCelta a la Juventus un 9 de marzo de 2000. La Vecchia Signora se presentaba en Vigo con el 1-0 de la ida en octavos de la UEFA. Enfrente, el equipo de Víctor Fernández firmó uno de los mejores partidos de la historia olívica.

Los goles los pusieron Makelele, McCarthy (2) y Birindelli en propia puerta. El fútbol era cosa de Celades, Giovanella, Karpin, Mostovoi y Gustavo López, auténticos jugones. Aquella Juventus de Ancelotti, que perdió el Scudetto en la última jornada en beneficio de la Lazio, contaba en sus filas con jugadores de la talla de Van der Sar, Montero, Ferrara, Zambrotta, Conte (actual seleccionador italiano), Davids o Del Piero.

Su siguiente aparición en Balaídos sucedió casi cuatro años después, en la liguilla de la Champions League 03-04. El Milan no pasó del empate sin goles ante un Celta ya dirigido por Lotina. La nómina rossonera daba miedo: Dida, Cafú, Costacurta, Maldini, Kaká, Pirlo, Rui Costa, Shevchenko, Inzaghi, Rivaldo... Pero peor fue el duelo en San Siro, ganado por el Celta (1-2). Aún así, el Milan fue primero de grupo y el Celta, segundo. Esa temporada, Galicia fue la tumba del Milan de Ancelotti, ya que el Dépor firmó en cuartos aquel histórico 4-0 que clasificó a los de Jabo Irureta.

Mal precedente
Hasta llegar a la temporada pasada, cuando el Madrid dejó escapar en una soleada tarde casi todas sus opciones de pelear el título de Liga. Un 2-0, doblete de Charles, ante un equipo blanco plagado de ausencias —jugaron de inicio Morata y Casemiro y desde el banquillo salió Willian José, hoy delantero del Zaragoza.

No será así esta noche. A pesar de las bajas de Modric, Benzema y Bale, Ancelotti sabe que se juega la Liga y que sólo le vale la victoria. Para ello tendrá que regatear a las meigas y que su equipo rompa el maleficio de no haber marcado ni un gol en Balaídos.