Goles de Benzema, Cristiano, Pepe y Cheryshev
Apenas es una pincelada, un atisbo de lo que debe ser el Real Madrid de Rafa Benítez, pero lo cierto es que la cosa pinta bien. Se contrató al técnico madrileño para que el equipo tuviera la consistencia que le faltó la pasada campaña y ante el Manchester City, el triste City de Pellegrini, los blancos demostraron un solvencia inusual para estas alturas de pretemporada.
Tanto, que resulta casi imposible evaluar el trabajo de Keylor Navas, que no tuvo que realizar ninguna parada de cierto de mérito. Así de serio estuvo el Madrid en defensa. Si a ello se le suma su pegada habitual, que sigue incólume, el resultado no puede ser menos que prometedor.
Pero repetimos, esto solo acaba de empezar y ya habrá tiempo de lanzar las campanas al vuelo si el Madrid arranca la campaña como un tiro o de despedazar al bueno de Benítez si llegan algunos tropiezos a las primeras de cambio.
Ante el City, el Madrid fue el de siempre y a la vez muy distinto. Nos explicamos. Fue el de siempre porque no hubo ninguna novedad en el once con respecto a la pasada temporada. A la espera de solucionar el eterno debate de la portería y la vuelta de James de sus merecidas vacaciones, Benítez apostó por su once de gala, un once que cualquier madridista conoce de memoria.
Pero fue también un equipo muy distinto, solidario y compacto, al que resultará bastante más complicado, esa es la sensación inicial, hincarle el diente. El abecé del fútbol según Benítez.
Lo curioso es que nada de esto se pudo vislumbrar en el arranque del partido, con un Madrid demasiado encorsetado por las exigencias tácticas de su técnico y un City intenso que pudo adelantarse si el colegiado señala un claro penalti por derribo de Toure, al que arrolló Navas cual tren de mercancías en un balón dividido dentro del área merengue.
Como decíamos, el Madrid tardó en tomarle el pulso al partido pero en cuanto lo hizo lo gobernó con mano de hierro. Benzema marcaba el primero de preciosa volea a pase de Bale y Cristiano rentabilizaba con un remate picado un preciso centro de Kroos. Cuatro minutos habían necesitado los blancos en sacar a relucir las conocidas carencias defensivas de los 'citizens'.
Cerca del descanso y con el partido muy decantado, llegaba un nuevo gol, esta vez de cabeza. Fue de Pepe, que remató sin la menor oposición un córner botado por Isco. Y es que los de Pellegrini o no quieren aprender o sencillamente les da igual el tema. Con tal de cobrar.
El 3-0 era un perfecto resumen del primer acto, pero el colegiado se inventaba un penalti por una mano de Ramos fuera del área y propiciaba el gol de Toure desde los 11 metros. Un contratiempo menor vistas diferencias entre uno y otro equipo.
Ya en la segunda parte, Silva estuvo cerca de meter a los suyos en el partido en una brillante acción personal que acabó desbaratando Marcelo desde el suelo. Fue lo último que se supo de los ingleses en ataque.
El Madrid en cambio siguió a lo suyo, buscando más goles que aumentaran la confianza en el trabajo bien hecho, en la certeza de que la dirección es la correcta. Pudo llegar el cuarto tras un soberbio pase de Isco que el colegiado invalidó con un fuera de juego inexistente de Cristiano.
Luego llegarían, en apenas un minuto, dos ocasiones claras de Cristiano y Varane, pero tuvo que ser uno de los recambios, Cheryshev, el que pusiera la guinda al pastel con un remate a puerta vacía a un preciso centro de Isco. Gran partido por cierto del malagueño, que hace méritos a la espera del desembarco de James.
Esperanzador partido en definitiva de un Madrid que ya se parece a lo que quiere su técnico. No esperen fuegos artificiales esta temporada en el Bernabéu pero tengan en cuenta que esta campaña, quizás más que nunca, se trata de ganar sí o sí.
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