Toque a Cristiano Ronaldo

"No es una máquina", suspiraba un directivo del Real Madrid un día después de la desmesurada reacción de Cristiano Ronaldo sobre el césped del Nuevo Arcángel y que supuso su quinta expulsión como madridista. "Hay que entenderle", insiste, pero lo cierto es que lo sucedido no ha gustado lo más mínimo. No han querido tratarlo en caliente, prefieren esperar, más allá del breve encuentro que tuvo con Florentino Pérez en el AVE de vuelta a Madrid.

Lo que no ha gustado, más que la expulsión en sí, han sido los gestos lanzados a la grada cuando se dirigía al vestuario. Lo de limpiarse el escudo sobraba y así se lo han hecho ver y este lunes insistirá Carlo Ancelotti, que tiene pendiente una charla con el portugués, que tendrá lugar en la mañana de este lunes , con la vuelta al trabajo de los madridistas. En el club saben que no está pasando sus mejores días por asuntos personales, pero esto no justifica su acción o al menos así piensan los dirigentes.

El técnico ha querido dar tiempo, dejar espacio para que Ronaldo medite sobre lo hecho y las consecuencias que podrían haber tenido en un partido que estaba sumamente complicado y que teminó cayendo del lado madridista gracias a un claro penalti cometido por Fede Cartabia. El toque será de responsabilidad, para que se de cuenta de lo hecho.

Ronaldo salió bien parado de la redacción del acta de Hernández Hernández. Tanto es así, que no piensan presentar alegaciones a la expulsión, algo que suele ir acompañando a cada tarjeta roja que ve alguno de sus jugadores, con el fin de lograr una sanción atenuada con respecto a lo sucedido. En este caso los dirigentes blancos piensan que lo mejor que pueden hacer es quedarse quietos y esperar a Competición, que se moverá por una horquilla de dos a cuatro partidos de sanción.

El arrepentimiento vía redes sociales, movimiento empleado por Ronaldo para disculparse ante Edimar y todos aquellos que se pudieron sentir ofendidos por sus gestos, no servirá de atenuante a la hora de determinar el castigo, ya que debe ser inmediato y vía árbitro para que lo haga constar en el acta del partido, algo que no sucedió.