Toni Kroos llegará al Real Madrid convertido en oro. Es campeón del mundo. No jugó el mejor partido de su vida, pero lo que vivió en Maracaná jamás lo olvidará. Esa estrella la llevará siempre en el pecho. Será su carta de presentación en el Bernabéu, que le espera con los brazos abiertos después de un Mundial impresionante.
Seguro que Kroos no estará contento con su actuación personal, aunque todo se olvidó con ese gol de Götze fabricado por Schürrle. Las finales no hay que jugarlas, hay que ganarlas. Eso hizo Toni Kroos como pieza fundamental de la nueva Alemania que ha recuperado el mando del fútbol mundial.
El fútbol de Alemania se refleja en Toni Kroos. Se confirmó en Maracaná. Comenzó tan espeso como su equipo. La Mannschaft no estaba fina, tampoco el que va a ser jugador del Real Madrid las próximas seis temporadas. Comenzó asegurando con el pase, pero la presión argentina no le dejó respirar. Sabella lo sabía. Y una de las claves para ganar la final era incomodar el fútbol de Kroos, el primero que ayudaba a Schweinsteiger en la salida. Sin Khedira (lesionado en el calentamiento), Kramer jugó unos metros más arriba.
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