Kaká le pasó factura a todos los que durante los últimos años le han estado criticando y aseguró que "nunca he estado acabado como futbolista. Reconozco que he estado por debajo del nivel que se esperaba en los últimos años, pero siempre he trabajado. Preguntad al Real Madrid si algún día dejé de trabajar. Seguramente os digan que fui un profesional" aseguró. No en vano, el futbolista comentó que todavía aspira a estar en el Mundial de 2014, ya que agregó que "a veces las cosas pueden ir mal, pero yo sigo con fe en mi fútbol. Todavía puedo dar mucho".
Se trata de unas declaraciones que evidencian que Kaká salió dolido del Real Madrid. Durante sus cuatro años en el club blanco rindió por debajo de lo esperado, lo que generó un clima de insatisfacción en la afición que acabó con el jugador pidiendo su traspaso a pocos días del cierre del mercado veraniego de 2013. Al final el mediapunta acabó regresando a la que había sido su casa durante seis años, el Milan, equipo en el que ahora vuelve a brillar. Una mejoría repentina que no deja de sorprendender al madridismo, aunque Kaká se esfuerce por intentar justificarla ahora.
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