Ancelotti tiene un puzzle y las piezas nuevas encajan. Carvajal, Isco e Illarramendi jugaron su primer partido con el Real Madrid, pero pareció que llevaban muchos más. Los tres mezclaron muy bien con los que ya estaban para iniciar una amistad que tiene que ser duradera.
Cristiano tiene un nuevo socio, y muy bueno. Es Isco, que brilló en la primera mitad. El malagueño fue titular y mezcló con todos. Fructífera será su relación con Özil y Modric, a los que Ancelotti juntó en los primeros 45 minutos. Isco jugó sin mapa. Se movió por todo el frente de ataque buscando amigos que vestían de blanco. Ya conoce a Cristiano, en el que acabó todo el fútbol que generó Isco al lado de Luka y Mesut.
Carvajal fue, junto a Nacho, el que más jugó en Bournemouth. El lateral disputó casi 70 minutos y dejó huella en la banda derecha, que fue suya de principio a fin. Fue más extremo que otra cosa y demostró que tiene cosas que decir en ataque. Sube con la cabeza levantada y con el turbo activado.
Ancelotti se guardó a Illarra hasta el descanso. Le metió en la segunda mitad y jugó al lado de Casemiro, otro que aprovechó su oportunidad. Asier jugó como siempre. Elegante y firme.
No sólo gustaron los últimos en llegar. Casemiro, que casi es nuevo también, hasta marcó un gol y los canteranos reclamaron un lugar. Ese sitio ya lo tiene Morata, incisivo entrando por la izquierda. Abran paso a los que vienen.
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