El Madrid está en Defcon 2, alerta roja. No se declara el máximo estado de alarma, curiosamente blanca, porque los resultados, como ayer en Córdoba, al final llegan.
Pero no hay ni rastro de aquel equipo que enamoró y maravilló con un fútbol precioso hace no tanto y con los mismos jugadores. El Madrid de 2015 deja preocupación entre la parroquia madridista, que sobrevive con resultados pero que no disfruta como antes de los 90 minutos de su equipo.
De un tiempo a esta parte al Madrid le cuesta entrar en los partidos. Se vio en el Bernabéu ante el Atlético, la sospecha se confirmó en Getafe y ayer no se convirtió en pesadilla porque en el último susto del mal sueño, Bale despertó a los de Ancelotti. Sin ritmo, superados físicamente por el Córdoba, los titulares no dieron la talla y los suplentes no se ganaron el puesto al saltar al césped.
Desde que la racha se rompió, sea en Dubái ante el Milan o sea en Mestalla ante el Valencia, al Madrid le persigue el efecto Guinness, está negro y espeso, como la cerveza. Y sin embargo, sigue líder y con un partido aún por jugar. Los resultados, aunque más ajustados o menos vistosos que antes, siguen llegando. Ayer fue un 1-2 en el último suspiro, en Getafe un 0-3 tras una primera parte de sopor. Hace unas jornadas, en el imperio madridista no se ponía el Sol. Ahora se sobrevive a destellos de sus estrellas. Cortas, pero eficaces.
El problema del cansancio de los titulares parece a estas alturas más mental incluso que físico. Las malas decisiones se amontonan, los errores que antes llegaban con cuentagotas ahora caen a chorro. Y el dilema de Ancelotti es que, cuando se enfada y mira al banquillo, no encuentra soluciones.
Illarra, que ayer fue suplente de un Khedira con pie y medio fuera del Madrid, se llevó un par de broncas de Iker en dos acciones desafortunadas. Jesé no está teniendo la vuelta deseada porque le toca salir en partidos cuesta arriba y broncos, algo nada ideal para su reinserción en el equipo. Y Chicharito sigue missing.
Pero los resultados acompañan, de momento, y con eso parece bastar, de momento también. Así lo valoró el capitán Casillas al término del encuentro: “Nos quedamos con el resultado que es lo más importante. Dentro de unas jornadas nos acordaremos del partido de Córdoba, porque quizás no ha sido nuestro mejor encuentro pero hemos conseguido ganar y eso es lo que nos llevamos a Madrid”.
Sin explicación
Iker no encontró explicación en la ausencia de partido entre semana para la desconexión blanca en Córdoba: “No creo que haya sido por el descanso. No es bueno que te eliminen de una competición, pero tienes más tiempo. El campo estaba irregular, muy seco, y a eso también tienes que amoldarte. Somos un equipo de mucho toque, de movilidad, y al final tienes que ponerte el mono de trabajo en un campo como este y nos ha costado mucho, pero nos quedamos con los tres puntos sobre todo.”
“Nos encontramos nada más empezar con el penalti, empiezas 1-0 y eso te cuesta. Eran las 4, el campo estaba seco... El público ha animado de principio a fin... Pero lo importante es que antes del descanso conseguimos empatar un partido difícil, incluso en la segunda parte el Córdoba ha tenido sus ocasiones”, analizó Casillas sobre el partido de su equipo.
Para finalizar, dejó un mensaje claro que sale del vestuario. “Hemos hablado de que en este tipo de partidos se ganan Ligas, está claro que era un partido importante de ganar y había que hacerlo sí o sí”, comentó Iker. El 1-2 de Bale le da tres puntos de oro al Madrid. Las Ligas se ganan así, con puntos en partidos que seguramente no se merecieron ganar. Pero se ganan.
El Madrid tiene ahora otra semana de descanso antes de enfrentarse a la Real Sociedad, un equipo que ya fue capaz de desactivarle en la primera vuelta en Anoeta. Y ya no queda tanto para la vuelta a la rutina del martes-domingo. Quizás el sobreesfuerzo venga bien.
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