Ángel di María tiene los días contados en el Real Madrid. El traspaso del argentino al PSG podría hacerse oficial a principios de la próxima semana, en cuanto el club parisino concrete las ventas de Lavezzi y Pastore, peaje obligado para cumplir con el fair play financiero y poder anunciar al Fideo como uno de los fichajes del verano.
El PSG pagará al Real Madrid unos 65 millones de euros, lo que convertirá a Di María en el traspaso más caro de la historia del Real Madrid, superando al que ostentaba ese récord, Özil, por el que el curso pasado el Arsenal desembolsó 50.
El zurdo firmará un contrato de cinco años de duración y pasará a cobrar 8 millones de euros netos por temporada, prácticamente el doble de lo que ingresaba en el club blanco. Todo un salto para el futbolista, que muy difícilmente hubiera llegado a esas cifras en el Madrid.
En el Bernabéu no van a cerrar las puertas al rosarino. Consideran que una oferta tan alta es prácticamente irrechazable, cuando además desde las oficinas nunca han tenido demasiada estima por Di María. Todo lo contrario que desde el banquillo, donde primero Mourinho -con algún bache que otro- y después Ancelotti blindaron y confiaron en el que fue mejor jugador de la final de Lisboa.
El tercero en salir
Di María seguirá los pasos de Morata y Casemiro, los primeros en abandonar el Madrid en este mercado. El argentino debería incorporarse el 5 de agosto al PSG, mismo día para que el que está citado por Ancelotti, con el que seguramente no volverá a entrenar y que le echará especialmente de menos.
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