2-2: Diego López sostiene al Madrid



Las paradas de Diego López evitaron que el Villarreal tumbase al Real Madrid en el debut de Gareth Bale. El meta gallego se reivindicó a tres días de perder la titularidad en Champions y frustró el partidazo de su ex equipo, superior en todos los aspectos del juego. Pese a todo, las estrellas blancas (Bale y Cristiano) permitieron al Madrid soñar incluso con obtener los tres puntos. Al final, Giovani lo dejó en uno. Y gracias.

Aunque, en realidad, el protagonista del partido no fue el mexicanio, sino el portero del Madrid, lo que alimentará horas de debates y tertulias en los próximos días. Ancelotti desveló el viernes su ocurrencia de alinear a Casillas en la Champions, y Diego respondió con su mejor partido desde que retornó a la casa madre.

En cualquier otro caso, una actuación como la del meta gallego hubiera permitido al Madrid ganar el partido. Sin embargo, no perdió en El Madrigal de milagro. El partidazo de Diego sólo se explica por la exhibición colectiva del Villarreal, un equipo espléndido liderado por Bruno y Cani. Dos que no abandonaron el barco cuando pintaron los bastos de Segunda y que han vuelto a Primera para recordar que son dos futbolistas de máxima categoría. A su lado, los mexicanos Gio dos Santos y Aquino y los menudos Jonathan Pereira y Trigueros se multiplicaron y causaron una noche de pesadilla a la defensa blanca.

El centro del campo del Madrid fue de una permeabilidad pasmosa es un equipo que se dice aspirante a todos los títulos. Ni Modric ni Illarra, con Isco desaparecido en el fragor de la batalla, supieron cómo frenar a sus oponentes, que penetraron una y mil veces en terreno madridista como cuchillos calientes en la mantequilla. Cani hizo el primero tras un pésimo achique de Pepe, pero el Madrid sobrevivió en su única jugada hilvanada en los primeros cuarenta y cinco minutos, un buen balón de Modric para Carvajal que éste sirvió en bandeja para el gol de Bale.

El estreno del galés fue de lo poco rescatable del Madrid. No sólo por el gol. Sacó a pasear su cañón un par de veces y demostró su descomunal potencia atlética con una arrancada a la hora de juego, algo a valorar en un jugador sin ritmo de partidos. Alternó banda en varias fases del partido con Cristiano Ronaldo. El luso también demostró su valor de mercado, aunque en la acción del 1-2 tuvo toda la fortuna del mundo. Se soltó como sólo él sabe a la contra, pero su remate, tras tocar en un defensa, rebotó en el portugués y superó a un confundido Asenjo.

Era un escenario muchas veces visto. El Madrid por delante ante un rival que no merecía tanto castigo. Pero los blancos no supieron gestionar su renta. Cani agarró un balón en su campo y se metió hasta la cocina blanca sin que ningún jugador madridista llegara siquiera a marcarle de vista. Su latigazo lo sacó Diego, pero no pudo sumar otra hazaña ante Gio. El gol hacía justicia al Villarreal, que pese a todo al final se mostró más conservador de lo que su excelente partido merecía. Sobrevivió sin grandes apuros porque el arreón final del Madrid fue como todo su partido: falto de intensidad y de convencimiento.